martes, 2 de agosto de 2011

FOTOGRAFIANDO EL TEMPLO DEL ALMA: DESNUDOS (PARTE II )

El retrato de desnudez siempre ha sido un gran desafío para los artistas y ha despertado fascinación a lo largo de la Historia del Arte. Más allá del tabú, del aspecto erótico o la vanidad, este tipo de fotografía refleja la expresión técnica y artística del fotógrafo, en su mirada personal sobre la belleza del cuerpo vestido solamente con luces y sombras. POR ARTE FOTOGRAFICO JARS:  POR ALCIDES MAFRA

Jose A Ruiz, fotógrafo de desnudo, es formado en diseño industrial y fue recién en 2000 que comenzó con este tipo de fotografía. Había abierto una oficina de webdesign y un amigo le comentó sobre páginas web de damas de compañía, actividad que podría dar buen retorno financiero. Los dos montaron una página y Pedro asumió la tarea de fotografiar las clientes, ya que poseía algún conocimiento de fotografía. “La página no prosperó, pero me quedó la pasión por el desnudo”, explica. Después de dejar la cámara de lado un tiempo, fue contratado como asistente de un director especializado en filmes publicitarios y retorno su camino como fotógrafo (y su interés por el desnudo). Pero, cuando partió para sus primeros trabajos auto reales, tuvo dificultades ya que no tenía un portafolio para presentar a las candidatas a modelos. “Considero que una gran cantidad de mujeres (creo que la mayoría) tiene el deseo de posar desnuda. Cuando comencé, la primera mujer que fotografié fue a Liliane, mi esposa, que acabó siendo mi laboratorio vivo (hasta hoy posa para mí) y después comencé a invitar a amigas. En estos primeros momentos, la persuasión fue más importante que la técnica”, reconoce el fotógrafo, actualmente con un sólido trabajo también en otras áreas, especialmente en la fotografía de alimentos.
La complacencia de la compañera fue igualmente decisiva para Jaison James da Silva, de 40 años. Hace cuatro años, hizo un curso de fotografía para mejorar su desempeño como cinematógrafo y editor de un programa de televisión de una emisora comunitaria. No demoró en largar el vídeo y entrar de cabeza en la fotografía. Planeó montar una página web con fotos sensuales, y encontró una modelo interesada en posar. Era amiga de su esposa, que no solo aprobó como apoyó la iniciativa. El marido de la candidata también aceptó el proyecto. La preocupación surgió en la hora del ensayo, momento delicado en el cual la ropa sale de la escena y el erotismo puede aflorar. Jaison tenía miedo de sentir cierto estremecimiento en aquella hora, alguna desconformidad al solicitarle ciertas poses, pero se concentró en el trabajo y todo transcurrió bien. “Lo mejor fue saber que ella, el marido de ella y mi mujer, todos terminamos contentos con el óptimo resultado”, afirma.
Sérgio da Costa Vicent es otro gran fotógrafo de desnudo que cuenta cómo fue difícil fotografiar por primera vez un desnudo: “Recuerdo que, a pesar de ser amigos, al principio evitábamos mirarnos directamente uno para el otro. Yo con vergüenza por tenerla desnuda delante de mí y ella por estar desnuda en mi frente. Con el tiempo y este pudor desapareció hasta transformarse en diversión”, recuerda. Sergio vive en Brasilia, y hace ocho años que se dedica a la fotografía. Después de las fotografías de su amiga, otras personas aparecieron, estimuladas por la propaganda que su amiga había realizado,  lo que condució el trabajo de él para el lado del desnudo y lo sensual. Sin embargo, con una particularidad: Sérgio prefiere el desnudo masculino, una especialidad un tanto más árida, ya que todo lo que hay de tabú en este medio se incrementa cuando se habla de “hombre desnudo”. Sin embargo, esto no es problema para él, más interesado en el desafío: “La mujer ya tiene una tradición en esta área, el número de publicaciones de desnudo femenino es mayor yellas se sienten más a voluntad para sacarse la ropa. No que los hombres que fotografío no se sientan también, pero extraer la sensualidad masculina y exponerla a través de mi óptica acaba siendo más trabajoso y divertido al mismo tiempo” afirma.


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